Managua, Nicaragua, en un jueves, día del santísimo (y lo digo en serio, no como algunos manipuladores de la religión y del cristianismo). Leí un par de artículos en los medios locales. Que bien que el niño mordido por los perros "Pitbull" en las fiestas patrias está recuperándose y está vivo de milagro (las heridas a milímetros de la yugular). Y la carita parece que se la van a poder reconstruir, luego de no sé cuantas cirugías. De los dueños de los perros no sé mucho, me cuentan por favor. A mi vecina en una zona céntrica, no le fue tan bien, los amigos de lo ajeno, le visitaron en la madrugada y barrieron con sus chereques, y trastos de cocina (posiblemente no haya almuerzo en su comidería, literalmente algunos pasaran hambre). Aunque alguno que otro vigilante del sector, ya estaba acostumbrado a pasarse la luz rojo al mediodía. Tal vez ahora que están de moda las iniciales organicemos mejor los CPD (comités de prevención del delito). Llegó a la escena del crime...
Las manos sobre sus manos, las de ella, es una gran emoción, pero nunca comparado, con las manos de ella sobre las nuestras, eso si es hecatombe de éxtasis.
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