PEATONES
O Crónica de
la civilización del parqueo
– Update 5.0
Mientras trataba de terminar uno de mis cuentos
–que había iniciado en el 2012, cuando aún residía en Estelí, Nicaragua-,
comenzaron a llegar e-mails a mi computadora, y las notificaciones con ese
peculiar sonido eran ruidosas, impertinentes y molestas. Tanto así que me
detuve por un momento y regresé a revisar que contenía ese correo que
apresuradamente anunciaba su recién llegada al buzón virtual. Se trataba de la
noticia de un nuevo ataque terrorista en la ciudad de NY. La noticia me atrapó de
inmediato quizás porque tan solo dos semanas antes había estado de visita por
Brooklyn y sus alrededores con mi esposa María; o quizás porque según la nota
periodística se trataba de un atentado perpetrado con una camioneta en contra
de los ciclistas en una calle del Bajo Manhattan. Esos detalles me carcomieron
los huesos, unos días atrás le había comentado en público a Fabiola (filóloga
de profesión, periodista de oficio y ciclista de afición), como el sistema de
una ciudad tan grande como NY, podía ser tan eficiente y seguro para los ciclistas.
Recordé entonces que en la gran manzana descansa la máxima obra fúnebre del
terrorismo del siglo veinte. Dos torres de Babel derruidas y casi tres mil
almas martirizadas, llamas, polvo y escombros. Mi mente comenzó a hacer
inventario de otros ataques y las imágenes brutales ya no se detuvieron:
En París, el teatro Le Bataclan dejó de sonar “Save a Prayer” y se hizo el silencio
eterno del acorde de la guitarra de Jesse
“Boots Electric”. Un grito de sangre. Las balas de una Avtomat Kaláshnikova 47 (AK47) cortaron el tiempo de 89 conductores
de a pie.
Europa resuena en sus ecos y recuerdos de
una Guerra Mundial –no muy lejana-. Así la lista inefable continuaba hurgando los
rincones de la memoria. Madrid, todavía el trauma de las bombas del metro del
3-11 (11-M). Bruselas otro tanto, igualmente fue sacudida por la misma ola
nefasta de los extremistas, 3-22 (22-M).
Recordé como el tema de los espacios, las
pistas y los automóviles se entrecruzan. Un poema de Carlos Martínez Rivas (la civilización del parqueo), me tentó a
buscar uno de sus libros en un estante en la biblioteca adyacente a mi oficina.
Caminé tres pasos y en ese mismo instante sonó el celular que dejé en mi
escritorio. Di la vuelta y como militar entrenado en las viejas artes marciales
me dispuse a retornar con apremio a contestar –nunca se sabe cuando es una emergencia
real-. La última vez que no contesté de inmediato, era mi hermano Carlos –y la
noticia era la muerte de mi madre-.
¿Aló? Buenos
días… ¿En qué puedo ayudarle?
Del otro lado
una máquina automatizada (una Avtomat Estúpishkona) solo para recordarme que la
factura del servicio de energía está aún pendiente de pago, pero la cuenta se
debita de una tarjeta de crédito –también en automático-.
En el poema del
maestro CMR hay una disputa perenne entre los parqueos y la civilización
presente. Me percaté entonces que realmente el poeta es un visionario, un prestidigitador
del futuro, o casi un arúspice de los eventos. Los poetas maestros como Martínez
Rivas pueden describirnos con extrema simpleza, cuales son las razones por las
que no hay espacio presente para el parqueo de la paz en la estación Maelbeek.
50˚ 53’ 52’’ N 4˚ 29’ 00’’ E. Caso que no fue exclusivo de ese lugar; en
Dusseldorf, Alemania –no muy lejos de Maelbeek- un hacha autómata (otra Avtomat)
cercenó la tranquilidad de los residentes, y meses antes en Berlín doce
personas perdieron la vida a manos de un camión que no encontró parqueo. En ese
último incidente, mi buen amigo Ronny se reportó con vida en la red social y
alguien escribió: “Unsere Ermittler gehen davon aus, dass der LKW vorsätzlich
in die Menschenmenge auf dem Weihnachtsmarkt am #Breitscheidplatz gesteuert
wurde”.
Los avtomat -me disculpan- no son locos,
son asesinos y dementes por el poder de los parqueos. Si les llamamos locos me
siento aludido y no comparto con ellos esos intereses. Sus posiciones son tan Herodésicas,
de quién ya sabemos que mandó a matar a todos los recién nacidos menores de dos
años solo para eliminar al Redentor, que no merecen que los sociólogos les den
una clasificación nueva, son los mismos males de antaño con medios del presente.
Pero para
entender su dinámica me dispuse a leer algunos de los materiales que se supone
que leen: manuales de autoayuda, manuales de dispersión masiva, teoría de
física nuclear, tratados sobre las bestias económicas del nuevo régimen mundial,
un compendio de bizarro y dictaduras de García Lorca, el manual del conductor
ebrio, Cómo conducir mi Ferrari, Mecánica Automotriz para Dummies, La Madre de Máximo Gorki y la Historia Universal de la Infamia de JLB.
Y desde luego, todo avtomat tiene que leer “La Enardecida Llama del Avtomat”,
su libro sagrado. Fue lectura pesada, créanme no estoy exagerando. A excepción
de Gorki y de JBL, no sé porque leen el resto… me imagino que por disciplina,
por militancia, por verticalismo y adoctrinamiento automático. Confieso que en
sus listas esperaba encontrar lectura de crímenes de lesa humanidad, crímenes de
guerra, asesinatos masivos, historias de asesinos en serie, historia contemporánea
de regímenes anti-democráticos, manuales militares y de guerra, de tortura, de
explosivos, de armas y toda esa clase de material que uno ve que los terroristas
usan en las series de Netflix, pero no había nada de eso.
En el
enunciado primero del libro “La Enardecida Llama del Avtomat”, sostiene
como principio que los Avtomat del presente deben enfrentar el mal, entiéndase todos
nosotros los de a pie, con el mal, es decir con nuestra aniquilación masiva.
En el segundo título de su libro sagrado, explican
que la búsqueda de la ampliación de los monumentos, que antes sirvieron a
Cervantes, Shakespeare y a Darío, son pretextos para hacer escuchar sus voces y
borrar con ello todo lo agradable del otrora pasado glorioso de las letras.
En su artículo tercero, el manual de los Avtomat indica que ya no es posible ni
viable mezclarse entre las gentes. Ahora lo chic, lo mas actual, es la
adquisición del nuevo modelo del automóvil marca XXXX, modelo YYYY. Y entre mas
grande, es mejor.
En el cuarto
párrafo, inciso segundo, se lee:”…las mismas calles del presente nos dan la
razón y gritan maten a los hombres para ampliar los estacionamientos”. Así se
amplió el Estadio de Santiago de Chile en el 73 y el de Managua en el 66. Si
ustedes no lo supieran y se los cuento, creerían que se trata de un invento de
mi mente volátil de joven escritor.
En Barcelona pero ya en el 2017 –volviendo
al presente y repitiendo lo que es por todos conocido- apareció otro conductor criminal, recorrió por
cientos de metros la Rambla matando a más de una decenas de personas –todas
encontradas culpables sin juicio sumario-, por ser lo que eran; peatones en la
vía pública. Pero meses antes, en Mayo 2017, NY marcaba tendencia –como la gran Metrópolis- con otro conductor-parricida y así aparece el
loco Rojas atropellando gente en Times Square –ya saben dónde todos los
turistas nos tomamos la foto-, muere una mujer y atropella a otras veintidós
personas. Alguna vez fue parte de la Marina de Estados Unidos, pero eso ahora
es irrelevante. Cito literalmente lo que el Anexo
de La Enardecida Llama del Avtomat refiere sobre este caso: “…siendo este hecho sangriento clasificado por
las autoridades como un ataque de locura bajo los efectos de drogas, se
necesita un verdadero ataque terrorista para poner los puntos sobre las ies.”
Se cierra el telón y en la nueva escena vemos a
otro conductor del cuadro de Guernica911, que en una calle para bicicletas del
Bajo Manhattan decidió exterminar a ocho personas e hirió a otro tanto. Entre
los muertos: cinco turistas Argentinos y un Belga, todos representaban un
peligro latente para la civilización del parqueo pues conducían bicicletas.
Me quedo en silencio con mis meditaciones a
destiempo –pues ya no son noticia-, contrarias al sentido común y a los Avtomat:
¿Habrá todavía lugar en todo el planeta donde se pueda evitar los parqueos, los
tokens y los peajes de la autopista I-95? Interrumpe mi reflexión un e-mail que
hace sonar una alarma –se trata de un email de Sudáfrica, que promete millones de
un fideicomiso si te ponés en contacto inmediatamente con ellos-. Mas tarde lo
leo, me digo a mi mismo, esa platita puede esperar.
Regreso a mi realidad y sigo pensando si a lo mejor
en sitios apartados de toda la humanidad se podría estar libre de la nueva ola
de terror, un lugar sin automóviles –obviamente-. Quizás en el Tíbet –que aún
resiste- por lo difícil del acceso, sus temperaturas heladas y clima extremo. No
he terminado de meditar sobre el Himalaya, cuando entra un segundo correo que
indica que la línea aérea “Aventur”, en conjunto con la agencia de viajes
“Dreams” ofrecen a partir de Enero 2018: viaje directo y sin contratiempos al Tíbet.
Managua, 25 de Noviembre del 2017.
Héctor D’ León
Rev 5.0
VF-MGA-7-E-XVIII
Con agradecimiento a Michelle Najlis, quien me
mandó de regreso a corregir y cambiar de formato.
Comentarios
Publicar un comentario