¿Está todo escrito o hay una crisis en la lectura?






¿Está todo escrito o hay una crisis en la lectura?
Le dije a Ítalo que ya todo estaba escrito, lo que quise decirle realmente, es que el oficio de escritor estaba en crisis, no por la estética de las letras, o por los fragmentarios discursos que circulan en la redes, sino creo más bien por el olvido. El olvido, que como vieja partícula de yodo radioactivo ha comenzado a llenar nuestros cuerpos, sumado a la ya preocupante marea de datos que nos llegan por el espacio virtual, que inundan todo y dejan pestilente y nutrida de desperdicios nuestra playa interior. Reconozcamos, hay que ser cautos en estas aguas, que ya en esta tercera década en pleno siglo XXI hay tantos editoriales que es difícil seguirles la medida, pero mas duro todavía (a propósito he dejado la rima, para que vean que aún se pueden hacer coplas) es obtener una estadística certera del número de editoriales en español a nivel mundial, para mencionar un solo ejemplo; según la nota roja de G, son más de 3,473 editoriales solo en España y cada año se publican mas de 200,000 títulos en Iberoamérica. Ya sé que los puristas del idioma, me van a venir a criticar por escribir en números los datos, y no usar palabras, no puedo ocultarles el recuerdo agradable que me producen las matemáticas en el hipotálamo, ya le he contado a Ítalo -aunque no viene al caso-, mi eterno amor por las matemáticas y las series, aunque luego de cuatro décadas empecé a sospechar que ellas no me aman tanto como yo les amo a ellas. Al final, eso no tiene mayor importancia, se trata de un amor platónico, que además por añadidura desbarata otra falacia del presente, donde se ha dictado que la mayor parte de los escritores, con algunas excepciones como Asimov o Borges, tienen relaciones de odio-enemistad-animadversión con los números y su historia. Me preocupa también, aunque son preocupaciones banales, por no decir bananas, que el mundo de la especialización-re-especialización-híper-especialización nos está llevando a unos absurdos, donde un ingeniero -no se ofendan colegas- podría resolver el mayor problema de las cadenas de distribución de logística aérea, para aumentar la eficiencia K, y optimizar los recursos R, pero es incapaz de comprender en otras áreas del entendimiento humano la importancia de otros axiomas fundamentales para la sobrevivencia del ser humano, por ejemplo: que necesitamos agua (H2O), sin contaminar, para poder subsistir. Verdades tan elementales, que a algunos les da risa que las mencionemos, pero es que créanlo o no, hay personas que creen que el agua que consumimos se produce en una fábrica, así como se produce un pantalón, un carro o una computadora. Vivimos en un mundo, pues lleno de letrados y al mismo tiempo de grandes ignorantes, en alguna medida los genios del Renacimiento le llevaban gran ventaja al inventor promedio del presente. Pero volviendo al tema inicial, porque ya estoy divagando como efecto doppler de lo que ocurre en redes sociales, así que haré un esfuerzo sobre-navegante para enfocarnos en lo que nos interesa, que es la crisis en la literatura mundial, no solo en español, sino en otros idiomas, según Deloitte Global: "en el 2018 mas de mil millones de usuarios crearon contenido de realidad aumentada (AR, por sus siglas en inglés), y de esa cifra trescientos millones fueron generadores mensuales y decenas de millones produjeron y compartieron contenido cada semana." Me temo amigos míos, que los visionarios del siglo pasado, tales como: ____________, _____________, ___________ tenían razón, nuestro mayor desafío no es la falta de libros o de material en letras, sino la selección y el acceso a algunos de ellos, he ahí la importancia de la educación primaria, secundaria y desde luego el pre-escolar. Ahí se librará la mayor batalla de la humanidad a nivel intelectual de este siglo. Leer o no leer y qué leer es la pregunta.

Héctor D' León
Maryland, USA
Jan.7.2020

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